La última reforma de la PAC, orienta esta política europea a la consecución de resultados vinculados a los objetivos basados en retos económicos, mediante el fomento de un sector agrícola inteligente, resiliente y diversificado que garantice la seguridad alimentaria; retos medioambientales, a través de la intensificación del cuidado del medio ambiente y la acción por el clima; y retos rurales y sociales, por medio del fortalecimiento del tejido socioeconómico de las zonas rurales. Estos tres bloques se complementan con un objetivo transversal común, modernizar el sector agrario a través del conocimiento, la innovación y la digitalización en las zonas rurales.
Esta reforma de la PAC permitirá mantener un apoyo a la renta de las explotaciones que facilite su viabilidad y resiliencia, a través de un amplio conjunto de medidas para aumentar la renta de mercado: inversiones, innovación, formación y asesoramiento, así como un esfuerzo decidido por facilitar la incorporación de jóvenes y la reducción de la brecha de género en el sector. También trae un mayor nivel de ambición en cuanto al medio ambiente y la acción por el clima, contribuyendo a los objetivos del Pacto Verde Europeo. La Unión Europea ha puesto el objetivo en la gestión medioambiental del sector agrario y ganadero, teniendo como objetivo la disminución del cambio climático y las emisiones de carbono enviadas a la atmósfera.