Con frecuencia la generalidad de los profesionales tienen que enfrentarse en su día a día a las tareas burocráticas de gestión administrativa de su actividad económica, entre las que se encuentran gran multitud de obligaciones tributarias de las distintas Administraciones Públicas, cada vez más exigentes y complicadas.
Las principales figuras impositivas de la Administración Central del Estado están gestionadas por la Agencia Estatal de Administración Tributaria que, a pesar del gran esfuerzo que realiza para facilitar a los contribuyentes el cumplimiento de sus obligaciones tributarias, hay que reconocer que nuestro sistema impositivo es complejo y cambiante, lo que en demasiadas ocasiones genera la percepción de cierta inseguridad jurídica, con gran preocupación de los obligados tributarios en general y, en particular, de los que realizan actividades económicas.
Esta problemática afecta a todos los profesionales, también a los Ingenieros Agrónomos e Ingenieros Técnicos Agrícolas, considerando, además, la gran variedad de sectores y materias en los que desarrollan su actividad: gestión de producción animal y vegetal, sector agroalimentario, obras de desarrollo rural, medio ambiente, biotecnología, sector agroindustrial, investigación, desarrollo e innovación, etc.